JUAN PABLO DUARTE
Luego de que las
tropas del haitiano Toussaint L'Ouverture llegaron al país en 1801, tomando
posesión de la ciudad de Santo Domingo, los Duarte salieron hacia Puerto Rico,
residiendo en Mayagüez, Puerto Rico, donde ha debido nacer su hijo primogénito
Vicente Celestino, pero hasta ahora no se ha encontrado constancia de ello. La
familia regresó al país luego de terminada la guerra de la Reconquista en 1809,
cuando el país volvió a ser colonia española.
Su padre trabajó
tesonera y provechosamente en su negocio de efectos de marina y ferretería,
único en su género en la ciudad de entonces, situado en la margen occidental
del río Ozama, en la zona conocida con el nombre de La Atarazana. En esta época
nacieron, además de Juan Pablo, dos de los cinco hijos llegados a mayores:
Filomena y Rosa. Nacieron otros que murieron jóvenes: Francisca, Sandalia y
Manuel.
El padre de Duarte
murió en la. ciudad de Santo Domingo eI 25 de Noviembre del 1843, estando
Duarte ausente del país y su madre en Caracas en el 1858, durante el destierro
que le impuso Santana, en unión de sus hijos.
Juan Pablo fue
bautizado en la Iglesia de Santa Bárbara el 4 de febrero de 1813. Sus primeras
enseñanzas las recibió de su madre y, más tarde, asistió a una pequeña escuela
de párvulos dirigida por una profesora de apellido Montilla. De allí pasó a una
escuela primaria para varones, donde desde muy temprano dio muestras de una
gran inteligencia. Fue admitido más tarde en la escuela de don Manuel Aybar,
completando sus conocimientos de lectura, escritura, gramática y aritmética
elemental.
Siendo casi un niño
recibió clases sobre teneduría de libros para pasar, ya adolescente bajo la
tutoría del doctor Juan Vicente Troncoso, uno de los más sabios profesores de
entonces. Con él estudió Filosofía y Derecho Romano, mostrando, una vez más, su
gran deseo de superación y de amor por los estudios.
En 1828 o en 1829,
con apenas quince años de edad, y acompañado del señor Pablo Pujols,
comerciante ligado a su familia, sale vía Estados Unidos, Inglaterra, y Francia
rumbo a España, radicándose en Barcelona, donde tenía parientes. Poco se conoce
de Duarte durante su permanencia en España.
Para 1831 ó 1832
aparece de nuevo en Santo Domingo y trabaja en el negocio de su padre. Realiza
una intensa vida social que le liga a importantes sectores de la pequeña
burguesía urbana. Es testigo de matrimonios, apadrina bautizos y asiste a
reuniones de carácter cultural. Esa viviencia de la sociedad es la que le
permite percibir que existe un sentimiento patriótico que rechaza la presencia
de los haitianos en el país. El mérito de Duarte, como patriota y como político
organizador estriba, fundamentalmente, en que supo interpretar el momento
histórico que vivía la sociedad dominicana de aquel entonces, renuente en sus
capas más decisivas a aceptar la dominación haitiana. Para ese momento el
gobierno de Boyer había envejecido y de un gobierno liberal y progresista, pasó
a ser una dictadura con graves problemas económicos y resistencia interna en su
territorio original.
JURAMENTO DE LOS TRINITARIOS
En el nombre de la
santísima, augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, en manos de
nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a
la Separación definitiva del gobierno haitiano, y a implantar una República
libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se
denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón
tricolor, en cuartos encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca.
Mientras tanto, seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras
sacramentales: "Dios", "Patria" y "Libertad". Así
lo prometo ante Dios y el mundo: si lo hago, Dios me proteja, y de no, me lo
tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición, si los
vendo.
Apegado a la lectura
y ávido de conocimientos, traducía del francés al español, así como del latín.
El 16 de julio de 1838, después de haber realizado una discreta labor de
proselitismo, fundó la sociedad secreta "La Trinitaria". Para
que asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Esta sociedad, que
respondía a una estructura celular, tenía por lema "Dios, Patria y
Libertad" y sus primeros miembros fueron Juan Pablo Duarte, Juan Isidro
Pérez, Pedro Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María
Serra, Benito González, Felipe Alfau y Juan Nepomuceno Ravelo. Más adelante
surgió otra sociedad "La Filantrópica" destinada a realizar una
importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.
Duarte tenía antes de
la independencia un definido concepto de la nación dominicana y de sus
integrantes. En su proyecto de constitución dice con claridad que la bandera
dominicana puede cobijar a todas las razas, no excluye ni da predominio a
ninguna. Su concepción de la República era la de un patriota, republicano,
anticolonialista, liberal y progresista.
Cuando se inició en
1843 la revolución contra Boyer que repercutió en la parte oriental de la isla,
Duarte encabeza el movimiento reformista en la ciudad de Santo Domingo. Juega
un papel decisivo que lo llevó al liderato de los republicanos que luchaban por
la independencia. Las circunstancias lo obligaron, más tarde, junto a otros
compañeros a abandonar el país. Pero al ausentarse del territorio nacional sus
compañeros, encabezados por Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella,
llevaron a cabo las gestiones finales del movimiento. Redactaron el Manifiesto
del 16 de enero de 1844 en el cual quedaron plasmados los principios
republicanos y liberales que Duarte predicó durante años y ratificaron, en el
cuerpo de ese documento, la firme voluntad de crear un Estado soberano.
Después del 27 de
febrero regresó a su patria, y se incorporó a la Junta Central Gubernativa
dominada por los sectores más conservadores que no tenían fe en la viabilidad
de la República. Se inició un proceso de luchas internas que culminó con la
expulsión del territorio nacional de los patriotas fundadores del Estado
dominicano. Ese Estado que nace a la vida pública, llevando en su seno
oportunistas, conservadores y anexionistas en las más altas posiciones
usurpadas a los iniciadores del movimiento separatista, que encarnaron siempre
la vocación de sacrificio y el amor a la libertad de la mayoría del pueblo.
Falleció en Caracas,
Venezuela, el 15 de julio de 1876 a los 63 años de edad.
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